lunes, 22 de diciembre de 2008

Teatro

LA GROTESCA DECISIÓN DE KULTURRÅDET QUE AFECTA EL DESTINO DE

ALIAS TEATERN



Es uno de los teatros latinoamericanos más antiguos de Estocolmo. Luchan en estos momentos por sobrevivir la mala decisión tomada por Kulturrådet de quitarles 200 000 coronas de su subsidio estatal. Ya van más de 2000 firmas de protesta y muchas más por venir. Ana Maria Padilla, la productora y traductora del teatro nos cuenta sobre el caso.

Por: Chelo
Foto: Lessly Gonzalez


¿Cuándo nace Alias Teatern?

El teatro popular latinoamericano existe desde noviembre del año 1978, cuando se formó el teatro latinoamericano con los primeros exiliados latinoamericanos de Argentina, Chile y Uruguay que llegaron a Suecia. Empezaron haciendo teatro en español y como escuela de teatro, habían profesionales de teatro que venían de toda Latinoamérica. El grupo ha sobrevivido treinta años de exilio, de políticas culturales diferentes, treinta años de gobiernos diferentes, treinta años de modas diferentes. Hemos sobrevivido “la integración”. Empezamos haciendo teatro en castellano, para latinoamericanos en los suburbios de Estocolmo y hoy hacemos obras latinoamericanas en sueco en el centro de esta capital y nuestro público mayoritariamente es sueco. Yo diría, “somos un fenómeno feliz de la integración”.

¿Cuánta gente hace el teatro?

Lo interesante que tiene este teatro es que tenemos solamente ochenta lugares, lo que es un problema porque aunque llenes el teatro no logras sacar una ganancia fabulosa, porque son muy pocas sillas. Kulturrådet nos da 600 000 coronas por año y nosotros hacemos entrar 450 000 coronas por año en recaudación de billetes vendidos, lo que significa que a pesar de que tenemos una sala mínima, ya que son 80 butacas, hacemos entrar casi lo mismo que Kulturrådet nos da. Esa relación tendría que hacerles pensar un poco, porque nosotros no es que tengamos 300 lugares, nosotros tenemos que tener lleno todo el año para poder hacer entrar toda esa cantidad de plata.

Este teatro siempre está lleno, los días que no está lleno está hasta la mitad la sala. Nosotros no actuamos nunca para cinco personas como otros grupos. Con “La Nona”, cuando la hicimos el 2005, hacíamos diez funciones por semana a sala llena, dos por día, son cifras que son indiscutibles. En cuanto a la calidad, creo que una medida indiscutible de calidad es justamente la medida del público. El público no es idiota, el público paga por algo que sabe que vale la pena y si no va a otro lugar.

¿Qué motivo les dio Kulturrådet referente a esta decisión y cómo empezó la recopilación de firmas?

Si hablamos de la meta político cultural que ellos tienen y los criterios que tienen para darle plata a los diferentes grupos, me mencionaron como ocho diferentes criterios que hay que cumplir y me dicen: “ni fyller alla kriterier”. Pero claro les digo yo, “vi fyller alla kriterier med råga. Vadå internationell inriktning, vi har varit internationella sen 30 år tillbaka. Vadå mångfald, vi är mångfaldiga på alla plan. Vadå mångfald åldersmässigt, den äldste av oss är 80 år och den yngsta 19 år, vill du ha mer mångfald, sen har vi en mexikanare, två argentinare, en chilenare, en finländare, vad snackar vi om”. No tienen idea.

Ellos no tienen ninguna obligación de explicarme. A mí me vino tal calentura, se me sentó el indio con hacha en la cabeza y dije, ¡basta! Agarré, hice una carta al público, un día después que terminara la función subí al escenario y dije: “disculpen, yo soy la productora y nunca me meto acá. La escena es de los actores y el público, pero hoy me tengo que meter, pero me meto por esto” y les conté. El asunto es que empezó a correr la lista, después mandé por mail la misma carta a nuestros amigos más cercanos y a la gente que ha trabajado con el teatro y me dije “bueno juntaré 100 o 200 firmas”.

Se da la casualidad que al día siguiente que pasa esto viene Pia Huss de Dagens Nyheter para hacer una crítica, una reseña de la obra Blinde Date. Pia Huss fue la que realmente hizo público esto, en su critica dice al final: “y se debe considerar que el hecho de que Kulturrådet quiera sacarle dinero a Alias Teatern es un error más de la política cultural actual de este gobierno de derecha”. Se juntaron 700 nombres después de eso, ahora van sobre los 2000.

Elenco descontento con la decisión de Kulturrådet

¿Se sienten discriminados?

Lo único que a mí me queda por pensar es que nos sacaron a nosotros porque ellos pensaron en su miopía, porque esto es ser miope, “bueno” son latinoamericanos no más, no va a pasar nada. El problema es que cuando yo les aterrizo con 700 nombres y les empiezan a llamar todos los diarios de Suecia, se dieron cuenta y dijeron “Shit”, no son latinoamericanos no más.

Hay una cosa que no soporto y es caerse en la del discriminado. Yo nunca me sentí discriminada en Suecia, nunca. Yo vivo acá hace 32 años, a mí nunca me discriminó nadie directamente, a mí nadie nunca me dijo cabeza negra, a mi no me discriminó nadie por la cara. Pero la discriminación existe y existe en este nivel súper sutil, como esto que pasa ahora con Kulturrådet. Hay mecanismos donde ellos te hacen invisibles, ellos no te ven, y es exactamente lo que pasa en este caso. Ellos quisieron seguir viendo al Alias Teatern como ese grupito de cabezas negras que hace treinta años llegaron a Estocolmo y armaron un teatrito. Ellos son incapaces en su mentalidad súper etnocéntrica de sacarse los anteojos y mirar para descubrir el desarrollo de este grupo. Ellos como en el tango pensaron: “30 años no es nada...”. Y se equivocaron, en treinta años pasan muchas cosas, y el Alias Teatern es hoy un fenómeno único, no sólo en Suecia sino en toda Europa: es un teatro integrado. Un teatro en donde no se discute la integración ni la multiculturalidad, sino que se vive en el día a día de la actividad teatral, un fenómeno del ‘gran Estocolmo’, que el público de Estocolmo valora y aprecia comprando entradas y viendo nuestras puestas.

Este tipo de racismo y discriminación estructural diría yo es el más peligroso y el más difícil de combatir. Es más difícil porque no pone la cara como el que te dice cabeza negra, se esconde tras reglamentos y diferentes leyes y estructuras de poder a las que nosotros pobres cristianos no tenemos acceso. Por eso que nos resulta tan importante las más de 2000 firmas que el público sueco y latinoamericano envió como protesta a esta medida y en nuestro apoyo. Público de todo tipo, entre los cuales vale destacar por ejemplo el apoyo entre otros de Cristina Lugn, escritora y miembro de la academia sueca, Ana Martínez, escritora y perio-dista, Ale Möller músico, Staffan Westerberg, gran figura del teatro sueco. En alguna forma ha sido la única manera de obligarles a vernos como lo que somos hoy y dejar de vernos como lo que ellos suponen que somos. Un “invandrateater”, un teatro de emigrantes. Un problema que no les incumbe, que puede sobrevivir de migajas, y gracias a su buena voluntad. Nosotros hemos sobrevivido como te decía antes 30 años de diferentes políticas culturales, modas y etcéteras. Y lo hemos hecho gracias al público que vuelve y crece.

Hay cosas que nos emocionan; por ejemplo un señor sueco ha venido a ver Blind Date cuatro veces seguidas. Cuatro veces, y cada vez se trae dos o tres amigos nuevos. Hay mujeres que vienen en un grupo de amigas primero y a la semana siguiente se vienen con los maridos. En cuanto a la Nona; cuando soltamos la noticia que se iba a mostrar de nuevo me llamó una abuela sueca y reservó 50 entradas. Contentísima pues se la había perdido en el 2005 y ha esperado tres años para verla, se trajo a todo su grupo de jubiladas. En fin, esta gente que viene y paga su entrada para vernos es la que nos da fuerza y justifica nuestra existencia.

Además del legado que es la otra parte de este trabajo: somos en algún lugar lo que yo defino como ‘la memoria del futuro’. Somos la Suecia que tiene que venir, en donde no se necesite del Alias Teatern porque todos los teatros de Suecia serán integrados y multiculturales. En donde la multiculturalidad ya no será la anécdota ni la excepción a la regla, si no que será la regla y el común denominador de toda actividad.

Cuéntanos un poco sobre “La Nona” y Blinde date” las obras que están mostrando en este momento.

La Nona es un clásico del grotesco argentino. “La Nona” es una abuela que se come todo y la familia literalmente se mata por alimentarla, la abuela es una especie de monstruo tipo Gargantua, el rol principal de la obra lo hace un hombre que no habla sueco, en un solo momento dice: “en stor påse”, en el resto de la obra la nona habla cocoliche.

En el elenco de Blinde Date el que hace de Borges es Måns Westfelt un sueco que es un icono del teatro sueco, ha trabajado en Dramaten, en todos los teatros de Suecia, televisión, cine, él es un miembro de nuestra dirección artística. Tommy Andersson, sueco también, trabaja con nosotros y después hace cine, televisión. Sussana Horneij que recién empieza su labor artística, Inger Norryd también una vieja actriz sueca, y Andrea Macchiavelli que es argentina-sueca. Blind date o Cita a ciegas como es su titulo original, trata de encuentros casuales con el escritor argentino Jorge Luis Borges, en un banco de la Plaza san Martín en Buenos Aires.

Las dos obras han sido un éxito de público y aún falta mucho público que no la ha visto, en Estocolmo y en el resto del país. Por ello nos preparamos para seguir a partir de la primera semana de marzo y hasta fines de abril.

En el momento de edición de este artículo hemos recibido la noticia de que Kulturrådet rebaja la subvención de Alias Teatern en sólo 100 mil coronas. El grupo detrás de Alias Teatern quiere hacer llegar su más amplio reconocimiento y agradecimiento a todos los que pusieron su firma en la lista de protesta. Gracias a ellos el golpe no fue tan duro.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Historia

- Un poco de historia Kabezanegra –

EL COBARDE FUSILAMIENTO DE SEIS CIVILES EN

QUEQUEÑA,
PERÚ.


Por: Jorge Rubio (Chile)

El Distrito peruano de Quequeña se encuentra ubicado a 25 Kms. al sureste de Arequipa. Es uno de los 29 distritos que conforman la Provincia de Arequipa. El 24 de noviembre de 1883 se produjo uno de los hechos más crueles de la Guerra del Pacífico, una vez lograda la victoria por parte del ejército de Chile sobre Perú: el fusilamiento de seis civiles en Quequeña, provincia de Arequipa, Perú.

Los Murales de Quequeña recuerdan ese hecho.

Entre los años 1879 y 1884 se llevó a cabo uno de los conflictos bélicos más sangriento de nuestro continente entre Bolivia y Perú, por una parte, y Chile por otra: la Guerra del Pacífico.

En ese entonces -1879-, la frontera de Chile llegaba hasta Tarapacá, por lo cual Antofagasta formaba parte del territorio boliviano. Más al norte, Arica e Iquique eran parte del Perú. A pesar de todo esto, la riqueza salitrera que cubría el suelo antofagastino era explotada por capitales extranjeros, fundamentalmente chilenos.


Hiliarón Daza, presidente boliviano de entonces, había impuesto a la mayor productora de salitre, la firma chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles Antofagasta, un impuesto de diez centavos de peso boliviano por cada quintal embarcado del producto. Con ello, quebrantaba los tratados firmados con Chile en 1866 y 1874. En respuesta, Chile ocupó con tropas la zona salitrera de Antofagasta. Entonces se supo de un tratado entre Bolivia y Perú de ayuda mutua en caso de un conflicto bélico que amenazara a alguno de ellos.

El Clarín de guerra sonó en los pueblos, ciudades y caseríos de tres países: Chile, Perú y Bolivia, llamando a sus hijos a reconocer cuartel. Miles de campesinos, mineros y ciudadanos se transformaron en soldados para escribir con su sangre derramada gloriosas páginas de historia.

125 años han transcurrido desde el fin de esta guerra. Muchísimos años de paz aun no logran borrar definitivamente las cicatrices de ella. Los vencidos, principalmente peruanos, que sostuvieron solos el conflicto hasta el final, lamentan aún las cicatrices que marcaron en sus espíritus la crueldad de los vencedores.

Grandes gestas se escribieron en esta guerra, por ambos bandos. La historia destaca el honor de muchos oficiales: Miguel Grau, Arturo Prat, Francisco Bolognesi, Andrés Cáceres, Eleuterio Ramírez… y muchos más. A pesar de la defensa de su territorio por parte de Perú, las tropas chilenas avanzaron en su penetración de suelo peruano. Finalmente la superioridad de las tropas chilenas logró vencer la resistencia peruana. Una de las acciones que aún duele en el alma del Perú, fue la rendición de la guarnición de Arequipa sin oponer resistencia; fue una rendición sin lucha. Derrotado Perú, se procede a la firma de un tratado de paz entre los gobiernos de Perú y de Chile, el 20 de octubre de 1883, en el Tratado de Ancón. El ejército chileno quiso asegurar que este tratado fuese respetado por el bando peruano procediendo a tomar posición de puntos estratégicos. Estas acciones develaron la crueldad que asomó en parte de oficiales y tropas de los vencedores sobre los vencidos. Las violaciones de mujeres, el saqueo del patrimonio arquitectónico del Perú, el maltrato de su población y el arrebato de territorio no se olvidan.

El mes de noviembre del año 2006 visité Arequipa, por segunda vez. Tenía en mente recorrer algunos de los sitios peruanos de esta región que fueron actores de esta guerra, entre otros, Mollendo, Moquegua, la bahía de Ilo, Paucarpata, etc. Conversando con un señor peruano en mi recorrido, al saber que era chileno, me señaló que también debía conocer Quequeña. Qué hay en Quequeña, le pregunto: debe verlo usted mismo, me respondió, y me indicó cómo llegar.

El poblado anterior a Quequeña es Yarabamba, que anuncia lo que allí ocurrió el día 24 de noviembre de 1883. Y supe de esta historia oculta por nuestra propia Historia. Este es parte del relato de lo que allí ocurrió escrita por el presbítero de Quequeña, de aquel tiempo, don José Valencia:

"Después que los chilenos entraron en la ciudad de Arequipa en octubre de 1883 vinieron a Pocsi un oficial llamado Ramón Villonta y cuatro soldados uno de ellos identificado como Juan Fernández quienes cometieron abusos en Polobaya y Piaca y después entraron a Quequeña. Dos de los soldados bajaron a Yarabamba donde en la picantería "el Mollecito" quisieron abusar de una joven que todavía existe por lo que algunos vecinos les quitaron los rifles. Se regresaron a Quequeña para volver a Yarabamba los cuatro. En el trayecto encontraron a Don Andrés Herrera tejiendo un sombrero de chito, lo hicieron hincar para fusilarlo pero uno de ellos dijo: Es inocente no lo matemos. Llegaron a Quequeña muy atrevidos por lo que algunos jóvenes los persiguieron a su vuelta a Quequeña y fueron victimados dos de ellos a las ocho y media de la noche. El 23 vino un chileno muy político y con gasmona decía: "no hay porque admirarse de lo sucedido, en tiempo de guerra mucho mas acontece" Reservadamente había tomado razón nominal de ocho sujetos que el día anterior tuvieron la reyerta con los chilenos. El 24 vinieron once oficiales y cincuenta soldados a caballo. Desde Yarabamba arrearon a los vecinos que comunalmente se ocupaban de amontonar algunos maíces. Un chileno se desprendió de la tropa persiguió a una mujer y la violó. En la plaza colocaron en línea a los hombres que arrearon y flagelaron a seis. El cura Retamoso le dijo al oficial que le pareció más respetable, todos son inocentes y los de la reyerta se dice que han fugado. Le contestó veré su iglesia, entraron a ella y dijo es hermosa…”

Entre Yarabamba y Quequeña se sigue el camino zigzagueante de tierra, entre los andenes para el sembrado; por sobre las pircas de piedra que limitan el camino se pueden ver las casas de piedras y barro con sus techos de paja, y como parte de ese paisaje, se ven los Murales de Quequeña que recuerdan y denuncian lo que allí ocurrió hace más de cien años, como un eterno homenaje a los seis vecinos que fueron fusilados por tropas chilenas. Recorrer esos caminos que se mantienen igual que hace 124 años, es recorrer el martirio de los hombres de Yarabamba que fueron violentamente sacados desde sus casas y trasladados hasta Quequeña, donde 20 fueron azotados y se tomó al azar a los seis que fueron fusilados. Actualmente se llama “Alameda de los Héroes de Yarabamba y Quequeña” al tramo del camino que une ambos distritos. En mi país sólo se nos enseña la verdad oficial, aquella que escriben los vencedores. No sabemos de esta parte de la guerra.

A continuación parte de la versión del oficial a cargo de las tropas chilenas sobre este hecho:

" Quequeña, octubre 24 de 1883.- Vistos : el día 21 del presente llegó al pueblo de Quequeña, a 5 leguas mas o menos de la ciudad de Arequipa, una comisión encargada de recoger el armamento que había pertenecido al Ejército y Guardia Nacional peruanos. La comisión la componían un Sargento y dos soldados del escuadrón General Cruz, dos capataces y ciudadanos peruanos que por orden de la autoridad peruana, debían proporcionar todas las facilidades del caso a la comisión de nuestro Ejército.

El 22, a las cuatro de la tarde, el soldado Juan Fernández llegó hasta el pueblecito de Yanabamba, 15 cuadras mas cerca de Arequipa, e iba mandado por un sargento para llevar el armamento que le entregaría la autoridad de ese lugar. El soldado Fernández fue atacado al llegar a Yanabamba por una partida armada con unos pocos rifles y garrotes, pudiendo apenas llegar a Quequeña desarmado. El Sargento Francisco A. Román y el soldado Francisco Valdebenito salieron a buscar el armamento del soldado Fernández, pero a 5 cuadras de Quequeña fueron detenidos por una partida de 25 hombres armados de rifles, palas de trabajo y garrotes. Regresaron a Quequeña, dieron cuenta al Gobernador y a los vecinos, pero no se les prestó ayuda de ninguna clase, y cuando se encontraban todavía en casa del Gobernador, fueron atacados por una poblada engrosada considerablemente con vecinos de Quequeña. El sargento y el soldado fueron al lugar donde habían dejado al soldado Fernández, en un corralón en que estaban las mulas de la comisión al cuidado de arrieros. Era cerca de la oración y serían las ocho de la noche. Como a las nueve, sintieron un gran tropel de gente, y fueron atacados por la misma poblada, compuesta esta vez por mas de 50 personas, que rodearon el corral y que desde las casas vecinas dispararon sus armas; y cuando vieron que los soldados no se defendían, entraron, ultimaron a garrotazos al sargento Román y al soldado Fernández, logrando escapar herido en un brazo y una mano el soldado Francisco Valdebenito. Los cadáveres de los soldados fueron horriblemente mutilados, y destrozadas las mulas que había en el corral. Examinadas detenidamente 60 personas que fueron aprehendidas en los pueblos de Yanabamba y Quequeña el día 24, el Tribunal estableció los hechos siguientes:

1°. Que la comisión de nuestro Ejército no cometió ningún acto de extorsión, obser-vando por el contrario buena conducta, permaneciendo constantemente con las autoridades peruanas;

2° Que fueron atacados y ultimados por mas de 60 personas de los puebles de Yanabamba y Quequeña, siendo los autores principales los ciudadanos peruanos Andrés Becerra, Mariano Linares, Federico Barrera, Nicanor Rodríguez, Andrés Herrera, Cleto Málaga, Pablo Málaga, Casimiro Arenas, Luciano Ponce y Juan Arenas.

3° Que ni un solo habitante de los pueblos de Yanabamba o Quequeña, gobernadores, sacerdotes, etc., etc., hizo un acto o demostración en favor de nuestros soldados, debiendo con arreglo a los principios de moral y legislación de todos los países, considerarse cómplices del atentado, puesto que no lo evitaron, pudiéndolo;

4° Que los vecinos de Yanabamba y Quequeña han tolerado que los primeros autores del crimen permaneciesen en las poblaciones hasta la mañana del 24, en que entró la fuerza chilena, y no los aprehendieron para ponerlos a disposición de la justicia, lo que los coloca en el rango de encubridores”.


De los individuos aprehendidos se separan todos aquellos que por su ancianidad, niñez o enfermedad no habían tenido bastantes fuerzas físicas para contener a los que atacaron a los soldados chilenos, quedando en fila 26 individuos peruanos. De estos se sortearon 6 que fueron: Liborio Linares, Manuel B. Linares, Ángel Figueroa, Luciano Ruiz, Juan de D. Costa y José Mariano Ávila, los que fueron fusilados tomando como paredón una de las paredes de la iglesia. Luego los soldados chilenos procedieron a incendiar algunas de las casas de Yarabamba y de Quequeña.

Hoy día en nuestro país, a hechos como estos, se le llama “excesos”.

Mientras recorría la iglesia, la plaza, el museo, el monolito que recuerda estos mártires, las calles de tierra que caminaron aquellos que serían más tarde azotados y fusilados, conversaba con vecinos del sector, quienes al saber que soy chileno, me agradecían mi gesto. No encontré rencor en sus miradas ni en sus palabras. Todos sabíamos que éramos ajenos a lo que allí sucedió. El colectivero que me trajo de regreso se desvió de su recorrido y me mostró donde estaban algunas de las casas que fueron quemadas. Y me deseó un buen retorno a mi país…y lo esperamos de vuelta, me dijo. Al dejar el colectivo mis ojos sin duda que estaban brillantes. Me costaba tragar saliva, y no era por la sequedad del lugar: sentí vergüenza por mis soldados de ayer, y los puse a la par de mis soldados de hoy.

Sólo espero que nunca más, nunca más….

En Quequeña y Yarabamba numerosos murales acompañan al caminante por este recorrido. Son los Murales de Quequeña, que guardan una página de la historia triste de estos poblados y permiten mantener vivo el recuerdo de sus mártires, durante la Guerra del Pacífico.

Los murales de Quequeña

El improvisado paredón, a un costado de la iglesia de Quequeña.

Una de las calles que recorrieron, por última vez, los seis pobladores de Yarabamba, los que serían finalmente fusilados. Hoy se conservan igual que hace 124 años, las mismas calles de tierra, las mismas piedras y las mismas pircas.
La iglesia de Quequeña, cuyos muros fueron utilizados como paredón.

Tropas chilenas en Quequeña. Hoy llamada “Alameda de los Héroes de Yarabamba y Quequeña”

Latigazos a pobladores de Quequeña y Yarabamba. La inútil defensa del sacerdote.

Las tropas chilenas azotando a pobladores de Quequeña y Yarabamba.

Monolito en homenaje a los mártires de Quequeña, ubicado frente al municipio y a la iglesia, donde fueron fusilados los pobladores


Honor y gloria a los mártires de Quequeña

domingo, 9 de noviembre de 2008

Historia

- Un poco de historia Kabezanegra -

HISTORIA DEL 4 VECES HEROICO PUERTO

DE VERACRUZ (MÉXICO)


Por: Israel Sastré Carrillo (México)

Restos de civilizaciones prehispánicas de entre 1,500 y 1,200 años de antigüedad han sido encontrados en más de 200 sitios en el actual estado de Veracruz. Las civilizaciones de las que se tiene conocimiento habitaron aquí fueron los huastecos, totonacas y olmecas.


Hacia el siglo V a.C. de rastrean los inicios de la cultura olmeca, debido a lo cual se les considera una cultura “madre” en el país. Localizados en el Golfo Mexicano, utilizaron la agricultura por primera vez cuando se asentaron en Tres Zapotes. Son famosos por sus gigantescas cabezas escultóricas, sus altares y por el Señor de la Limas.

De los huastecos poco se sabe pues tuvieron que librar numerosas invasiones. Las comunidades totonacas en el estado costero florecieron en el periodo clásico tardío y los restos de sus centros ceremoniales más importantes son el Tajín, Zapotal, Las Higueras, Yohualichán y Nopiloa.

En 1518 llegó a las costas veracruzanas la primera expedición española al mando de Juan de Grijalva. Procedentes de Cuba, estos conquistadores se dedicaron a reconocer ríos y la costa. Posteriormente, en 1519, el capitán Hernán Cortés llegó para fundar la Villa Rica de la Vera-cruz un viernes santo. Ciudad y puerto que se convertiría en el enlace entre la nueva provincia y España. De aquí se enviaban metales preciosos, frutos, semillas y algodón al Viejo Mundo, mientras que los españoles colonizadores recibían animales domésticos, esclavos, pólvora y vino tinto, entre otros productos europeos. Sin embargo, y al igual que sucedió en otros puer-tos mexicanos durante el siglo XVI, Veracruz sufrió numerosos ataques piratas. La explotación colonial redujo considerablemente el número de nativos en la región, por lo que los es-pañoles trajeron esclavos negros para trabajar en las encomiendas veracruzanas. El 1618 se fundó la villa de Córdoba y en 1739 se erigió el ayuntamiento de Xalapa (actual capital del estado).

La Independencia Mexicana fue apoyada por muchos veracruzanos, entre los que destacan los jóvenes Evaristo Molina y Cayetano Pérez. Numerosas batallas entre insurgentes y realistas sucedieron en su suelo, y al final, en 1821, el último virrey español y Agustín de Iturbide firmaron los Tratados de Córdoba en la ciudad del mismo nombre, para poner fin a 300 años del gobierno español.

Durante la celebración del Congreso de la Unión en 1824, se declaró la creación del estado independiente y soberano de Veracruz. En 1847, la ocupación norteamericana tomó el puerto de Veracruz durante 4 meses, hasta que la firma de los Tratados de Guadalupe Hidalgo fijó el precio de la libertad mexicana, la “venta” de más de la mitad del territorio mexicano al norte del país.

El porfiriato significó para el estado la apertura de mayores industrias, principalmente la tex-til. Las fábricas funcionaban bien para los dueños, sin embargo los obreros eran explotados con interminables jornadas laborales y raquíticos pagos en especie entregados en las llamadas “tiendas de raya”, en donde se llevaba la cuenta de cualquier adeudo que el trabajador o su familia tuviera con la fábrica. Ante tales condiciones laborales, los obreros de la región de Orizaba se unieron con los de Puebla y Tlaxcala para organizarse en el Gran Círculo de Obreros Libres, uno de los actos precursores de la Revolución Mexicana.

Durante la historia moderna del país, Veracruz ha sido protagonista; algunos de los importantes eventos políticos y sociales sucedidos en tierras veracruzanas son, ser capital del país durante la presidencia carrancista y la promulgación de las leyes de reforma agraria; ser sede del Congreso Preliminar Nacional en donde se creó la Confederación de Trabajo Mexicana; sede de la Fundación de la Liga de Comunidades Agrarias; participación de los sindicatos petroleros en la expropiación petrolera llevada a cabo por el Presidente Lázaro Cárdenas.

lunes, 13 de octubre de 2008

Reseña literaria




¡NO MÁS DOCTRINA DEL SHOCK!


Por: El Chupa Jaiva

Existen una serie de libros que realmente te abren los ojos. El libro “La doctrina del shock” es uno de esos libros. Obra escrita por Naomi Klein, autora canadiense y figura clave del movimiento de justicia global.

Para un hijo de madre exiliada, que llegó a Suecia todo un mocoso, es este libro una excelente herramienta de análisis para poder comprender y criticar los sistemas económicos compuesto en Latinoamérica durante la era de los gorilas militares y dictadores.

Naomi Klein empieza el libro con una breve introducción a la psiquiatría yankee en donde unos doctores, con apoyo de la súper C.I.A (Central Intelegence Agency) realizaron una cantidad de experimentos con el objetivo de quebrar y dominar a una serie de pacientes con métodos que hoy en día serían calificados como métodos de tortura por las organizaciones de derechos humanos.

A través del choque eléctrico intentaron y lograron borrar las memorias y las experiencias de los pacientes. La idea era adaptarlos a ser ciudadanos de primera clase según las normas establecidas en la sociedad Estado Unidiense en la era posguerra mundial. Es decir adáptate a nuestro concepto o quedas frito.


Los resultados de estos experimentos fueron científicamente documentados y forman parte de las interrogaciones que la CIA ha impuesto en las dictaduras latinoamericanas. Estas mismas interrogaciones se aplicaron en la cárcel Abu Grahib de Irak, después de la invasión ordenada por nuestro gran “salvador” George W Bush y sus aliados. Estos métodos también se utilizan en Guantánamo, un lugar excluido de todo tipo de derecho internacional y cobertura mediática.

Naomi sigue su análisis con un enfoque hacia la doctrina neoliberal manifestada por los economistas de la universidad de Chicago, en particular el economista Milton Friedman. Friedman y sus seguidores, los denominados Chicago Boys, han figurado en casi todos los acontecimientos de cambios estructurales en las dictaduras latinoamericanas. En estos países han presentado diferentes estrategias para abrir las sociedades a inversiones extranjeras. La doctrina esencial es utilizar el caos compuesto por: golpes de Estados, invasiones y ocupaciones, catástrofes naturales para poner en marcha cambios neo-liberales disminuyendo todo tipo de inversión Estatal. Así fue el caso en Chile en donde se privatizaron varios sectores fundamentales para una sociedad de bienestar. Los mismos ejemplos se pueden encontrar en Gran Bretaña durante la era de Margaret Thatcher. Según Naomi Klein Thatcher utilizó la guerra de las Malvinas para poder iniciar un consenso nacionalista y poner en marcha la privatización de la vivienda. La guerra de las Malvinas llenó el ámbito mediático y fue noticia de primera, dejando de lado el gran desempleo nacional y la destrucción de los logros sociales colectivos.

Al igual que los seres humanos, las sociedades también sufren choques y según las estrategias de los estados y líderes, estas sociedades pueden radicalmente convertirse en sociedades ejemplares para a un modelo o sistema económico. En este caso se analiza el sistema económico neo liberal he hipercapitalista. Un modelo que hoy tiene a medio mundo en estado de alerta, en donde ni los bancos, ni las bolsas financieras se salvan.

Naomi Klein también nos introduce los movimientos políticos y sociales que logran llegar al poder pero que por diferentes razones no logran organizar el poder. Esta fue la realidad del movimiento sudafricano ANC (African National Congress), en donde formaron el sistema político pero el poder económico ya estaba estructurado y predestinado a un sistema totalmente diferente a las ambiciones y programa del partido. Esto en si construyó una brecha entre la ideología izquierdista y la realidad económica. La misma realidad afecto al movimiento sindical polaco Solidarite. Este movimiento logró presentar una alternativa al sistema comunista polaco, pero que al llegar al poder tuvo que abrir el país a inversiones extranjeras y adaptarse a las condiciones compuestas por organizaciones económicas.

La doctrina del schock es un excelente libro que sirve mucho para entender algunos de los acontecimientos políticos y económicos que surgen después de grandes catástrofes mundiales. Por ejemplo, después del Tsunami 2004 en Sri Lanka se vendió gran parte de la costa playera a gigantes cadenas hoteleras con el objetivo de echar a miles y miles de pobladores pescadores que habían vivido en esas tierras por generaciones.

Para terminar, La doctrina del shock es un libro que merece un lugar en las bibliotecas caseras y que debe ser literatura obligatoria para las personas que sueñan con un mundo diferente.




Le doy 4 kabezanegras de 5 posibles.









Para leer más sobre Naomi Klein
http://www.naomiklein.org/main

Próxima reseña: Planet of slums, Mike Davis