lunes, 22 de diciembre de 2008

Teatro

LA GROTESCA DECISIÓN DE KULTURRÅDET QUE AFECTA EL DESTINO DE

ALIAS TEATERN



Es uno de los teatros latinoamericanos más antiguos de Estocolmo. Luchan en estos momentos por sobrevivir la mala decisión tomada por Kulturrådet de quitarles 200 000 coronas de su subsidio estatal. Ya van más de 2000 firmas de protesta y muchas más por venir. Ana Maria Padilla, la productora y traductora del teatro nos cuenta sobre el caso.

Por: Chelo
Foto: Lessly Gonzalez


¿Cuándo nace Alias Teatern?

El teatro popular latinoamericano existe desde noviembre del año 1978, cuando se formó el teatro latinoamericano con los primeros exiliados latinoamericanos de Argentina, Chile y Uruguay que llegaron a Suecia. Empezaron haciendo teatro en español y como escuela de teatro, habían profesionales de teatro que venían de toda Latinoamérica. El grupo ha sobrevivido treinta años de exilio, de políticas culturales diferentes, treinta años de gobiernos diferentes, treinta años de modas diferentes. Hemos sobrevivido “la integración”. Empezamos haciendo teatro en castellano, para latinoamericanos en los suburbios de Estocolmo y hoy hacemos obras latinoamericanas en sueco en el centro de esta capital y nuestro público mayoritariamente es sueco. Yo diría, “somos un fenómeno feliz de la integración”.

¿Cuánta gente hace el teatro?

Lo interesante que tiene este teatro es que tenemos solamente ochenta lugares, lo que es un problema porque aunque llenes el teatro no logras sacar una ganancia fabulosa, porque son muy pocas sillas. Kulturrådet nos da 600 000 coronas por año y nosotros hacemos entrar 450 000 coronas por año en recaudación de billetes vendidos, lo que significa que a pesar de que tenemos una sala mínima, ya que son 80 butacas, hacemos entrar casi lo mismo que Kulturrådet nos da. Esa relación tendría que hacerles pensar un poco, porque nosotros no es que tengamos 300 lugares, nosotros tenemos que tener lleno todo el año para poder hacer entrar toda esa cantidad de plata.

Este teatro siempre está lleno, los días que no está lleno está hasta la mitad la sala. Nosotros no actuamos nunca para cinco personas como otros grupos. Con “La Nona”, cuando la hicimos el 2005, hacíamos diez funciones por semana a sala llena, dos por día, son cifras que son indiscutibles. En cuanto a la calidad, creo que una medida indiscutible de calidad es justamente la medida del público. El público no es idiota, el público paga por algo que sabe que vale la pena y si no va a otro lugar.

¿Qué motivo les dio Kulturrådet referente a esta decisión y cómo empezó la recopilación de firmas?

Si hablamos de la meta político cultural que ellos tienen y los criterios que tienen para darle plata a los diferentes grupos, me mencionaron como ocho diferentes criterios que hay que cumplir y me dicen: “ni fyller alla kriterier”. Pero claro les digo yo, “vi fyller alla kriterier med råga. Vadå internationell inriktning, vi har varit internationella sen 30 år tillbaka. Vadå mångfald, vi är mångfaldiga på alla plan. Vadå mångfald åldersmässigt, den äldste av oss är 80 år och den yngsta 19 år, vill du ha mer mångfald, sen har vi en mexikanare, två argentinare, en chilenare, en finländare, vad snackar vi om”. No tienen idea.

Ellos no tienen ninguna obligación de explicarme. A mí me vino tal calentura, se me sentó el indio con hacha en la cabeza y dije, ¡basta! Agarré, hice una carta al público, un día después que terminara la función subí al escenario y dije: “disculpen, yo soy la productora y nunca me meto acá. La escena es de los actores y el público, pero hoy me tengo que meter, pero me meto por esto” y les conté. El asunto es que empezó a correr la lista, después mandé por mail la misma carta a nuestros amigos más cercanos y a la gente que ha trabajado con el teatro y me dije “bueno juntaré 100 o 200 firmas”.

Se da la casualidad que al día siguiente que pasa esto viene Pia Huss de Dagens Nyheter para hacer una crítica, una reseña de la obra Blinde Date. Pia Huss fue la que realmente hizo público esto, en su critica dice al final: “y se debe considerar que el hecho de que Kulturrådet quiera sacarle dinero a Alias Teatern es un error más de la política cultural actual de este gobierno de derecha”. Se juntaron 700 nombres después de eso, ahora van sobre los 2000.

Elenco descontento con la decisión de Kulturrådet

¿Se sienten discriminados?

Lo único que a mí me queda por pensar es que nos sacaron a nosotros porque ellos pensaron en su miopía, porque esto es ser miope, “bueno” son latinoamericanos no más, no va a pasar nada. El problema es que cuando yo les aterrizo con 700 nombres y les empiezan a llamar todos los diarios de Suecia, se dieron cuenta y dijeron “Shit”, no son latinoamericanos no más.

Hay una cosa que no soporto y es caerse en la del discriminado. Yo nunca me sentí discriminada en Suecia, nunca. Yo vivo acá hace 32 años, a mí nunca me discriminó nadie directamente, a mí nadie nunca me dijo cabeza negra, a mi no me discriminó nadie por la cara. Pero la discriminación existe y existe en este nivel súper sutil, como esto que pasa ahora con Kulturrådet. Hay mecanismos donde ellos te hacen invisibles, ellos no te ven, y es exactamente lo que pasa en este caso. Ellos quisieron seguir viendo al Alias Teatern como ese grupito de cabezas negras que hace treinta años llegaron a Estocolmo y armaron un teatrito. Ellos son incapaces en su mentalidad súper etnocéntrica de sacarse los anteojos y mirar para descubrir el desarrollo de este grupo. Ellos como en el tango pensaron: “30 años no es nada...”. Y se equivocaron, en treinta años pasan muchas cosas, y el Alias Teatern es hoy un fenómeno único, no sólo en Suecia sino en toda Europa: es un teatro integrado. Un teatro en donde no se discute la integración ni la multiculturalidad, sino que se vive en el día a día de la actividad teatral, un fenómeno del ‘gran Estocolmo’, que el público de Estocolmo valora y aprecia comprando entradas y viendo nuestras puestas.

Este tipo de racismo y discriminación estructural diría yo es el más peligroso y el más difícil de combatir. Es más difícil porque no pone la cara como el que te dice cabeza negra, se esconde tras reglamentos y diferentes leyes y estructuras de poder a las que nosotros pobres cristianos no tenemos acceso. Por eso que nos resulta tan importante las más de 2000 firmas que el público sueco y latinoamericano envió como protesta a esta medida y en nuestro apoyo. Público de todo tipo, entre los cuales vale destacar por ejemplo el apoyo entre otros de Cristina Lugn, escritora y miembro de la academia sueca, Ana Martínez, escritora y perio-dista, Ale Möller músico, Staffan Westerberg, gran figura del teatro sueco. En alguna forma ha sido la única manera de obligarles a vernos como lo que somos hoy y dejar de vernos como lo que ellos suponen que somos. Un “invandrateater”, un teatro de emigrantes. Un problema que no les incumbe, que puede sobrevivir de migajas, y gracias a su buena voluntad. Nosotros hemos sobrevivido como te decía antes 30 años de diferentes políticas culturales, modas y etcéteras. Y lo hemos hecho gracias al público que vuelve y crece.

Hay cosas que nos emocionan; por ejemplo un señor sueco ha venido a ver Blind Date cuatro veces seguidas. Cuatro veces, y cada vez se trae dos o tres amigos nuevos. Hay mujeres que vienen en un grupo de amigas primero y a la semana siguiente se vienen con los maridos. En cuanto a la Nona; cuando soltamos la noticia que se iba a mostrar de nuevo me llamó una abuela sueca y reservó 50 entradas. Contentísima pues se la había perdido en el 2005 y ha esperado tres años para verla, se trajo a todo su grupo de jubiladas. En fin, esta gente que viene y paga su entrada para vernos es la que nos da fuerza y justifica nuestra existencia.

Además del legado que es la otra parte de este trabajo: somos en algún lugar lo que yo defino como ‘la memoria del futuro’. Somos la Suecia que tiene que venir, en donde no se necesite del Alias Teatern porque todos los teatros de Suecia serán integrados y multiculturales. En donde la multiculturalidad ya no será la anécdota ni la excepción a la regla, si no que será la regla y el común denominador de toda actividad.

Cuéntanos un poco sobre “La Nona” y Blinde date” las obras que están mostrando en este momento.

La Nona es un clásico del grotesco argentino. “La Nona” es una abuela que se come todo y la familia literalmente se mata por alimentarla, la abuela es una especie de monstruo tipo Gargantua, el rol principal de la obra lo hace un hombre que no habla sueco, en un solo momento dice: “en stor påse”, en el resto de la obra la nona habla cocoliche.

En el elenco de Blinde Date el que hace de Borges es Måns Westfelt un sueco que es un icono del teatro sueco, ha trabajado en Dramaten, en todos los teatros de Suecia, televisión, cine, él es un miembro de nuestra dirección artística. Tommy Andersson, sueco también, trabaja con nosotros y después hace cine, televisión. Sussana Horneij que recién empieza su labor artística, Inger Norryd también una vieja actriz sueca, y Andrea Macchiavelli que es argentina-sueca. Blind date o Cita a ciegas como es su titulo original, trata de encuentros casuales con el escritor argentino Jorge Luis Borges, en un banco de la Plaza san Martín en Buenos Aires.

Las dos obras han sido un éxito de público y aún falta mucho público que no la ha visto, en Estocolmo y en el resto del país. Por ello nos preparamos para seguir a partir de la primera semana de marzo y hasta fines de abril.

En el momento de edición de este artículo hemos recibido la noticia de que Kulturrådet rebaja la subvención de Alias Teatern en sólo 100 mil coronas. El grupo detrás de Alias Teatern quiere hacer llegar su más amplio reconocimiento y agradecimiento a todos los que pusieron su firma en la lista de protesta. Gracias a ellos el golpe no fue tan duro.